Sorry, you need to enable JavaScript to visit this website.
Sostenibilidad

La caficultura, una actividad en constante evolución

Una taza de café es una imagen cotidiana prácticamente en todo el mundo. El consumo de café no ha parado de crecer en las últimas décadas con productos cada vez más diversificados. A pesar de esto, el cultivo de café y las problemáticas de los agricultores son muy desconocidas para gran parte de los consumidores.

La caficultura, es decir el cultivo de café, es un tipo de agricultura con características y problemáticas propias en las que influyen factores económicos, sociales y medioambientales. El cultivo de café ha evolucionado a lo largo de los siglos, como con la aparición de las cooperativas de caficultores, y se enfrenta a un gran reto en el futuro: la sostenibilidad.

Algunos datos sobre el café

El cafeto es un arbusto que crece en zonas tropicales y subtropicales del planeta. Por eso, la producción mundial de café se concentra en unos 80 países de América Central, América del Sur, África y Asia, la mayoría de ellos en vías de desarrollo.

El café es uno de los productos agrícolas más comercializados en el mundo. Se producen alrededor de 7 millones de toneladas al año, una producción que ha crecido más del 50% desde los años 90.

25 millones de familias en el mundo viven de la caficultura. De hecho, entre el 67% y el 80% del café mundial lo producen pequeños caficultores que cultivan unas pocas hectáreas de terreno. El 43% de estos caficultores se concentran en solo tres países: Etiopía, Uganda e Indonesia.

El precio del café

Como en muchos productos agrícolas y materias primas, el precio se fija lejos de las zonas de producción. En el caso del café, el precio de la variedad robusta se fija en Londres y la del arábica en Nueva York.

El precio del café ha bajado un 40% entre 2017 y 2019. Se trata de una tendencia que empezó en los años 90 con las políticas de liberalización de la economía de los países en vías de desarrollo. Las cosechas récord en Brasil y la irrupción en los últimos 30 años de Vietnam, con un gran volumen de producción, también son un factor a tener en cuenta. En todo caso se trata de una tendencia que supone una grave amenaza para el cultivo tradicional de café.

Problemáticas de los caficultores

La situación de los productores de café es muy diferente dependiendo de su implicación en el cultivo y el país dónde se encuentren. Entre una pequeña finca de café de calidad en Colombia y un cultivo intensivo en Vietnam, las diferencias culturales, económicas y de modelo son evidentes.

Sí es cierto que muchos de los países donde se produce el café han sufrido conflictos armados y sociales, regímenes políticos dictatoriales, casos de explotación infantil y un difícil acceso a la formación y a las nuevas técnicas agrícolas.

Se calcula que dos de cada cinco caficultores viven por debajo de la línea de pobreza de 3 dólares al día. De hecho, el salario medio de un caficultor no llega a los 300 euros mensuales, según datos de la Organización Nacional del Café.

El cambio climático ha agravado esta situación haciendo que el cultivo del café sea cada vez más difícil en ciertas partes del planeta donde el clima está cambiando, afectando a pequeñas explotaciones cafeteras.

En este sentido, las iniciativas tanto públicas como de las empresas son imprescindibles para asegurar el futuro de la caficultura.

Caficultor mayor en una plantación Caficultor en una plantación
La creación de cooperativas de caficultores, el apoyo a las comunidades y el compromiso con el cultivo sostenible, como hacemos en Bonka, son soluciones para asegurar la caficultura en el futuro.

Alternativas: las cooperativas

Ante una actividad tan fragmentada, volátil e inestable, una de las acciones que se ha demostrado eficaz para luchar contra la precariedad ha sido la creación de las cooperativas de caficultores.

Una cooperativa de café agrupa diferentes caficultores que se juntan para mejorar el acceso a recursos y negociar con más fuerza en los tratos comerciales. Los miembros, además, pagan una tarifa que se invierte en formación, ayuda y soporte económico a los cooperativistas.

Se trata de una forma de asociación sin ánimo de lucro y gestionada de forma democrática que repercute tanto en beneficio de los productores como de su entorno.

Muchas de las cooperativas de caficultores que se han creado en las últimas décadas lo hacen bajo los programas de comercio justo.

El caso colombiano

Brasil es el principal productor mundial a mucha distancia del segundo, Vietnam. Pero entre los principales países productores destaca uno por la marca y calidad de su café: Colombia.

El cultivo de café en Colombia se inicia en el siglo XVIII y en 1835 tiene lugar la primera producción comercial. Pero no es hasta los años 30 que se produce un gran crecimiento que coincide con la creación de la Federación Nacional de Cafeteros en 1927.

Los pequeños caficultores colombianos se unieron en este organismo para crear una cultura cafetera común. Así pudieron afrontar retos de comercialización, logística y mejora de los cultivos que ha llevado a Colombia a producir un café de gran calidad.

En Colombia se produce solo café de la variedad arábica y en altura. Parte de la producción de los caficultores colombianos se vende bajo la marca 100% Café de Colombia, una denominación de origen que reconoce el café de alta calidad producido en el país. La marca es una de las más icónicas del café, el triángulo con Juan Valdez, la mula y las montañas colombianas.

Actualmente, existen 563.000 familias caficultoras colombianas, repartidas en 588 municipios.

Cafetal en Colombia Cafetal en Colombia

El futuro de la caficultura

En Colombia, en Etiopía, en Indonesia, en Brasil… en todos los países productores de café el reto de cara al futuro es el mismo: hacer de la caficultura una actividad sostenible y con futuro.

La caficultura es por definición, una actividad que sufre especialmente los efectos del cambio climático. En este sentido, la formación en agronomía, el desarrollo de nuevas variedades y la mejora de la eficiencia en los cultivos a través de tecnologías como la recolección de datos serán claves en los próximos años.

Favorecer una agricultura más sostenible es una de las prioridades para asegurar la producción de café. Bonka ha puesto en marcha una serie de proyectos que aportan valor añadido a los caficultores y sus comunidades. Entre ellos está la formación de los caficultores en técnicas de agricultura sostenible, la mejora de las condiciones laborales en al menos 2 países productores de café, la creación del programa Farmers Connect y la distribución de cafetos jóvenes para renovar los cafetales.

Todo el café Bonka proviene de cultivos sostenibles con el medio ambiente y con las comunidades donde se produce.

Desde el inicio del cultivo de café en Etiopía hasta nuestros días, la caficultura ha sufrido grandes cambios. Actualmente, el futuro del café está en promover un sistema más justo y sostenible para seguir disfrutando de este extraordinario producto.