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NOVIEMBRE - 2025

Café con leche o café latte macchiato: ¿cuál es la diferencia y cuál es mejor?

El café con leche es uno de los grandes clásicos del desayuno en España. Su sabor equilibrado y su textura cremosa lo han convertido en una bebida imprescindible para millones de personas cada mañana. Sin embargo, en los últimos años, los nombres italianos como café latte o latte macchiato han ganado terreno en cafeterías y cartas especializadas. ¿Son lo mismo? ¿Qué los diferencia realmente?

En este artículo te explicamos, de forma sencilla y completa, las diferencias entre el café con leche y el café latte macchiato, cómo se preparan, cómo varía su sabor y cuál puede ser la mejor opción para ti según tus gustos.

Café con leche: el equilibrio perfecto entre café y leche

El café con leche es, sin duda, una de las formas más tradicionales de disfrutar el café en España y Latinoamérica. Su receta es simple, pero precisa: mitad de café y mitad de leche caliente.

Esa proporción 50/50 le da un sabor intenso pero cremoso, donde el café sigue teniendo protagonismo, aunque suavizado por la leche.

¿Cómo se prepara el café con leche?

Los beneficios más destacados de esta técnica de diversificación de cultivos son los siguientes:

Café con leche Café con leche

El cultivo intercalado ayuda a mejorar la calidad del suelo

  1. Prepara un espresso o café fuerte (aprox. 30 ml).
  2. Calienta la leche (aprox. 120-150 ml) hasta alcanzar unos 65-70 °C.
  3. Vierte la leche directamente sobre el café.

El resultado es una bebida homogénea, de color beige, con poca o ninguna espuma. Es la elección ideal para quienes buscan el sabor auténtico del café pero con un toque de suavidad y calidez.

Con un sabor equilibrado, cremoso y envolvente. La leche integra por completo el café, generando una sensación uniforme y suave en boca. Es menos dulce que otras preparaciones con espuma o siropes, lo que lo hace perfecto para quienes disfrutan el café en su estado más natural.

Café latte o café latte macchiato: la versión italiana más suave

El término latte significa simplemente “leche” en italiano. Por eso, cuando hablamos de café latte macchiato (o latte macchiato), nos referimos a una bebida donde la leche es la auténtica protagonista.

Mientras que el café con leche equilibra ambos ingredientes, el latte macchiato se construye en capas, dando prioridad a la leche vaporizada y a su espuma ligera.

¿Café latte macchiato, qué es?

El latte macchiato es una bebida italiana que literalmente significa “leche manchada”. La expresión describe perfectamente su preparación: una base de leche caliente a la que se “mancha” con un toque de espresso.

¿Cómo se prepara un latte macchiato?

  1. Calienta y se espuma la leche, obteniendo una textura aireada y sedosa.
  2. Vierte la leche en el vaso, llenándolo casi por completo.
  3. Por último, añade lentamente un shot de espresso, que se queda suspendido entre la leche y la espuma, creando tres capas visibles: leche líquida abajo, café en el centro y espuma arriba.

Este método inverso al del café con leche (donde la leche se vierte sobre el café) es lo que le da su aspecto característico y su sabor más suave.

Café latte macchiato Café latte macchiato

Diferencias clave entre café con leche y café latte macchiato

Característica Café con leche Café latte macchiato
Proporción café/leche 1:1 (equilibrado) 1:3 o incluso 1:4 (más leche)
Orden de preparación Se añade la leche al café Se añade el café a la leche
Textura Homogénea, sin apenas espuma Muy cremosa, con abundante espuma
Sabor Insenso, equilibrado Suave, lácteo, ligeramente dulce

En resumen, el café con leche es más intenso y directo, mientras que el café latte macchiato es más ligero y visualmente atractivo.

¿Qué es un macchiato?

A menudo se confunde el café latte macchiato con el café macchiato, pero no son lo mismo. Entonces, ¿qué es el café macchiato? El café macchiato (espresso macchiato) es, en realidad, todo lo contrario: un espresso “manchado” con una pequeña cantidad de leche o espuma. En este caso, el café sigue siendo el protagonista absoluto, y la leche solo suaviza su amargor.

Por tanto, podríamos decir que en el café macchiato el café “manda” y la leche solo acompaña, aportando una ligera suavidad al espresso; mientras que en el latte macchiato ocurre justo lo contrario: la leche domina por completo y el café solo deja su huella, marcando un toque sutil de sabor y aroma en una bebida mucho más suave y cremosa.

Saber esto te ayudará a elegir mejor la bebida según la intensidad que busques.

Café con leche vs. café latte macchiato: ¿cuál elegir?

El café con leche es ideal para quienes disfrutan del sabor auténtico del café sin renunciar a la cremosidad de la leche. Es más fuerte, más tradicional y, sobre todo, más equilibrado. Perfecto para empezar el día con energía o acompañar una tostada por la mañana.

El latte macchiato, en cambio, es una opción más suave y dulce, con una textura ligera y espumosa. Suele servirse en vasos altos, y su aspecto en capas lo convierte en una bebida más visual, ideal para disfrutar con calma o acompañar un postre.

Si te encanta el sabor del café pero no quieres que la leche lo oculte, el café con leche es tu bebida. Si prefieres una experiencia más suave, con predominio de leche vaporizada y una estética más moderna, el latte macchiato será tu favorito.

Consejos de experto para disfrutar ambos al máximo

● Usa un buen café espresso. Tanto para el café con leche como para el latte macchiato, el tipo de café marca la diferencia. Un café de tueste natural, 100 % arábica, como los de Bonka, realza los aromas sin añadir amargor.

● Controla la temperatura de la leche. Entre 60 y 70 °C es ideal: evita que se queme y conserva su dulzura natural.

● Experimenta con la espuma. En el latte macchiato, una leche bien espumada aporta volumen y suavidad. En el café con leche, puedes añadir una fina capa de espuma si buscas un toque más moderno.

● Elige la taza adecuada. Usa una taza opaca para el café con leche (mantiene mejor el calor) y un vaso alto de cristal para el latte macchiato, que permite apreciar las capas.

● Juega con los aromas. Puedes añadir una pizca de canela, cacao o vainilla para personalizar tu bebida sin perder su esencia.

Disfrutar de un café con leche Disfrutar de un café con leche

Preguntas frecuentes sobre café con leche y latte macchiato

¿Cuál es la diferencia entre un café con leche y un café latte macchiato?

El café con leche mezcla a partes iguales café y leche caliente, mientras que el latte macchiato lleva mucha más leche vaporizada y solo un toque de espresso, servido en capas.

¿Qué es más fuerte, el café con leche o el latte macchiato?

El café con leche tiene un sabor más intenso porque contiene más cantidad de café en proporción a la leche.

¿Qué significa “macchiato”?

“Macchiato” significa “manchado” en italiano. Hace referencia a la leche que se “mancha” con un poco de café espresso.

¿Cuál es más saludable, el café con leche o el latte macchiato?

Ambos pueden ser saludables si se preparan con leche natural y sin azúcar añadido. El café con leche aporta más cafeína; el latte macchiato, más calcio y menos intensidad.

¿Cómo se llama ahora el café con leche en las cafeterías modernas?

En muchas cafeterías se denomina “latte”, aunque la receta puede variar ligeramente según el país o el estilo del barista.

Entonces… ¿cuál es mejor?

No hay una respuesta única, ya que todo depende de tus gustos y del momento del día. Por la mañana, el café con leche ofrece energía y equilibrio, siendo la opción ideal para empezar el día con fuerza. En cambio, a media tarde, el latte macchiato resulta perfecto para disfrutar con calma y saborear su textura cremosa. Al final, ambos comparten el mismo espíritu: el placer de disfrutar un buen café con leche, adaptado a tu estilo y a cada momento.

En conclusión, el mundo del café ofrece infinitas posibilidades, y entender las diferencias entre el café con leche y el latte macchiato te ayuda a disfrutarlo de una forma más consciente.

El primero representa la tradición y la fuerza del café español; el segundo, la suavidad y elegancia del estilo italiano.

Sea cual sea tu favorito, lo importante es disfrutar cada sorbo con un café de calidad, con aroma intenso y sabor equilibrado. Porque, al final, más allá de las proporciones o las capas, lo que une a ambos es una misma pasión: el placer de un buen café.